Cuando se habla del cuidado de la piel, existen muchos mitos que se consideran “hechos reales”. La verdad es que muchos son resultado de experiencias de otras personas y no pueden ser generalizadas. De ahí la importancia de consultar a un experto en el tema, como un dermatólogo.

Los errores más comunes sobre el cuidado de la piel ¡desenmascarados!

1. Todo es culpa de la genética
Es cierto que tu herencia familiar tiene un papel importante en definir la forma en la que envejeces, pero esto no es lo único que hay que considerar. Es decir, aunque tengas una genética que funcione en tu beneficio, eso no evita que puedas echar todo a perder por no tener los hábitos de cuidados adecuados. Los científicos han determinado que alrededor del 80% del daño en la piel es debido a la exposición solar sin protección, así que usa un sombrero y un protector solar de amplio espectro como el Tizo 3

2. Los rellenos son peligrosos
Puede que para nosotros tenga mucho sentido que inyectar sustancias a la piel sea peligroso, pero este no es el caso. Cuando un dermatólogo o un cirujano plástico con entrenamiento llevan a cabo las inyecciones en un ambiente controlado y sanitario, las cosas no tienen porque salir mal. Son los “médicos” sin certificación, peluqueras o masajistas que inyectan en clínicas clandestinas son los que realmente son responsables de las cifras negativas.

3. El daño más significativo es antes de los 18
Se cree que el daño más importante que sufrirás durante la vida, debido a la exposición al sol, se da durante los primeros años de vida. Este mito existe porque asumimos que de niños estamos más expuestos al sol que de adultos; sin embargo, es importante entender que la piel sigue recibiendo radiación solar toda la vida, ¡entonces nunca debes dejar de protegerte! Nosotros te recomendamos la línea de protectores solares de Solar Protection.

4. Humectación: la fuente de la eterna juventud
Esta es sólo una verdad a medias. El uso de productos humectantes ayuda a que la piel recupere sus reservas de agua y aceites, los cuales necesita para sus funciones biológicas y para lucir radiante. Sin embargo, humectar por sí mismo no evita las arrugas, ya que los humectantes no llegan a las capas profundas de la dermis, que es donde estas inician. No, en realidad un humectante ayuda a que las reservas de agua retrasen un poco la formación de arrugas y a evitar la resequedad que puede dañarnos, pero el producto por sí mismo no es la respuesta al problema.