La demanda de aumento de glúteos ha incrementado bastante en los últimos tiempos, cada vez más queremos tener un booty perfecto por lo que no es extraño que recurramos a una Cirugía Plástica para conseguirlo. La flacidez, el volumen reducido, las estrías, la celulitis e incluso esos pequeños hoyitos que se nos marcan al usar leggins en el gym son algunas de las características que nos hacen buscar esta intervención quirúrgica pues además de sentirnos bien, queremos vernos bien. 

Las operaciones de glúteos nos ayudan a deshacernos de estas pequeñas imperfecciones, nos ofrecen diversas opciones y se adaptan a nuestras metas. Inclusive hoy en día ya es común prescindir de la anestesia general por lo que se reducen las complicaciones y el tiempo de recuperación. 

La lipoinyección se ha convertido en uno de los métodos preferidos por varios pacientes a nivel internacional. Sin embargo cabe recalcar que a lo largo de su historia, ésta intervención ha sido llevada a discusiones en múltiples escenarios al ser catalogada como una práctica poco segura en cirugía plástica por algunos, y como de las prácticas más seguras por otros. 

Para comenzar, éste procedimiento necesita de la liposucción para remover la grasa de distintas partes del cuerpo y así transferir ésta grasa obtenida a los glúteos. Los especialistas que catalogan a la práctica como poco segura se basan en que la grasa, que se inyecta en los glúteos, por razones que no están del todo claras, pueden entrar al sistema circulatorio y producir una embolia grasa.  Por lo que varios prefieren usar esta metodología exclusivamente cuando se necesita cubrir defectos como tratar problemas de celulitis, más no como opción a la hora de aumentar el volumen de los glúteos. 

Una de las desventajas que trae consigo la lipoinyección se trata de la reabsorción de la grasa de un 5% a un 30%, por lo que no se sabe con certeza de que tamaño quedarán los glúteos e incluso puede ocasionar que el resultado sea asimétrico, pero todo esto no se sabe con seguridad debido a que depende del cuerpo de la paciente. Si llegara a suceder lo anteriormente mencionado, sería necesaria una segunda intervención por lo que sería forzoso que la paciente todavía poseyera la suficiente grasa en la zona donante para ser removida y posteriormente injertada en los glúteos. 

La grasa implantada también corre riesgos de solidificación y calcificación, así como puede ocasionar daños a los nervios o infección en el sitio del injerto, en este caso los glúteos. Cabe recalcar que requiere un mayor tiempo quirúrgico debido a que se compone de dos procedimientos, la liposucción y la lipotransferencia, lo cual a su vez aumentan los riesgos propios de cualquier intervención quirúrgica.

Por otro lado, las personas que la catalogan como peligrosa prefieren utilizar la gluteoplastia, la cual usa implantes para aumentar el volumen de los glúteos. La ventaja de estos implantes es que ya vienen con una densidad adecuada y en diferentes tamaños y perfiles; por lo que te permite, a ti como paciente, determinar el tamaño de acuerdo a tu contextura física y a tus expectativas personales e incluso tu cirujano puede sugerirte la talla más apropiada a tus deseos. 

CURVEO es la línea de implantes para los glúteos, los cuales cuentan con diversos certificados de garantía, tanto para el paciente como para el cirujano.

Desarrollados a partir de la tecnología IMPLEO, CURVEO utiliza un gel altamente cohesivo y prácticamente infracturable por lo que hay una mayor adherencia entre el gel y la cubierta, lo que le permite regresar siempre a su forma original. Curveo cuenta con dos configuraciones con un total de 13 variantes: 6 redondos y 7 anatómicos para conseguir una figura ideal adecuadas a las diferentes necesidades que cada paciente tenga. 

Ahora que ya conoces más de estas operaciones plásticas, ¿cuál se adapta mejor a tu necesidad?